En el mundo de las empresas de comunicación esta semana se ha confirmado una noticia que tiene alto significado pero que, sin embargo, ha merecido escasa atención. Veamos:
Finalmente, Antena 3 y La Sexta han acordado fusionarse; mejor dicho: la sociedad propietaria de la primera compra la segunda, cuyos accionistas pasan a controlar sólo el 7% de la compañía resultante. Bien, pero lo sustancial es lo siguiente:
Consumada esa operación, el consorcio Antena 3 ya suma ocho canales de TV: Antena 3, GolT [que actualmente está cedida y explotada en régimen de alquiler], La Sexta, La Sexta 2, La Sexta 3, Neox, Nitro y Nova; en tanto que el grupo que pilota a control remoto Silvio Berlusconi, Mediaset, posee Boing, Cuatro, Divinity, FDF [Factoría de ficción], La Siete y Tele5.
Dando por buenos los datos de los últimos informes, en 6 de cada 10 hogares españoles los canales de esos dos grupos son los más vistos y, para redondear, en torno al 85% de los ingresos por publicidad que captan las emisoras de TV se los reparten esos dos grupos.
¿Quién dijo que la introducción de la televisión digital terrestre (TDT) fomentaría la pluralidad en el mundo de la televisión?
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