18 abril 2013

A la chita callando, el Gobierno de Rajoy impone criterios franquistas en la Guardia Civil

La mayoría de los políticos profesionales optan por cerrar los ojos en
los asuntos laborales y profesionales que afectan a militares y policías
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El conservadurismo extremo del actual Gobierno del Reino de España no sólo es perceptible por su odio a la crítica o por el descaro de sus altos cargos [virtudes estas en la que destacan De Guindos en temas económicos, Báñez en lo laboral, De Cospedal en materia de delincuencia de cuello alto, y Mato por el empeño gubernamental en hacer negocio con la salud de los ciudadanos], sino que la cerrazón del PP también es evidente en asuntos de los que casi nunca se habla o escribe; por ejemplo, el empeño que pone en explotar a los guardias civiles.
Para colmo, esa ultra-militarización no es por motivos ideológicos ni patrióticos. ¡Para nada! El objetivo del Gobierno de Rajoy es ajeno al famoso ¡Todo por la patria! Lo que persigue el Gobierno de los recortes sinfín es disponer de un cuerpo policial barato.
El Ejecutivo que preside Mariano Rajoy quiere disponer de agentes policiales que presten servicio 50, 60 e incluso más horas cada semana cobrando salarios equiparables a los de 1844, año en que fue constituido el cuerpo a iniciativa de Francisco Javier Girón Ezpeleta, Duque de Ahumada.
Mucho se critican, con razón, los bajos emolumentos de numerosos funcionarios de las administraciones central, autonómicas y locales, pero los salarios de los guardias civiles son todavía más vergonzosos y, para colmo, los pluses se conceden y reparten aplicando criterios subjetivos, ¡o de lealtad!, que para el caso es lo mismo, ¡o peor!
Pocas taras son más abyectas y perjudiciales en el servicio público que el servilismo.
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Arsenio Fernández de Mesa;
ver biografía en Los Genoveses.
Por la puerta de atrás
En noviembre del año pasado, con el jardinero [esa era su profesión y categoría laboral antes de entrar en política] Arsenio Fernández de Mesa al frente del instituto armado, el Gobierno reformó las ordenanzas de mando, disciplina y funcionamiento interno para imponer criterios militares que no sólo facilitan la explotación laboral de los guardias, sino que además reprimen derechos fundamentales y castigan a quienes reclaman cuestiones tan básicas como residir en viviendas dignas, que los uniformes no se caigan a pedazos, que el calzado sea impermeable o disponer de gasóleo suficiente.
Pero el Gobierno de Rajoy no tiene bastante, quiere incluir una disposición en la Ley Orgánica de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas que modifica el código que rige en la Guardia Civil con la finalidad de sancionar individual o colectivamente a los agentes que reclamen mejoras laborales y profesionales.
Más claro: Si un guardia se dirige a su superior, aunque lo haga con respeto, para exponer que de lunes a jueves ya lleva 50 horas trabajadas, podrá ser castigado económicamente e incluso arrestado… ¡Viva la Paña del siglo XIX!
El PP auspicia lo que hace, no lo que dice, también en el trato que da y en como utiliza a los militares, guardias civiles incluidos.
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50.000 agentes sin horario laboral 
«Somos un cuerpo con un 99% de funciones de carácter policial, somos militares pero no soldados; es decir, no pertenecemos a las Fuerzas Armadas», han subrayado los portavoces de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que ya tiene algo más de 33.000 agentes afiliados de los 50.000 operativos.
En materia de derechos, las contra-reformas que auspicia el PP retrotraen a la Guardia Civil al régimen franquista, con las consecuencias que esto supone para el conjunto de la sociedad.
En demasiadas ocasiones, las formaciones políticas infravaloran o consideran políticamente irrelevantes o "intocables" los avatares que viven en el día a día los militares, guardias civiles y policías y, sin embargo, en esos ámbitos también se libran batallas de relevancia social, sobre todo en materia de derechos, los de los soldados y agentes y, por tanto, también los de los ciudadanos.
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2 comentarios:

  1. Me costó muchos años superar ciertas reticencias históricas con respecto a (todos) los cuerpos policiales. Cuando casi lo había conseguido, empieza a no gustarme el entusiasmo policial en el cumplimiento del deber, aunque esto suponga una clara agresión a los ciudadanos de su propio pueblo.
    Tampoco me parece convincente la posición de los sindicatos policiales, en cabeza de las manifestaciones, pero sin cuestionar las órdenes para los agentes que están de servicio.
    Así que, no escucharé reivindicaciones meramente laborales, mientras los cuerpos policiales no definan de forma inequívoca el papel que quieren jugar en la situación actual y futura (con un riesgo de involución tan alto).
    Dicho de otra forma, los policías tienen que elegir trinchera: o son esbirros al servicio ciego de su amo, o son trabajadores alineados con su pueblo.
    Para saber si yo estoy con ellos, tengo que saber si ellos están conmigo.
    Salud.

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    1. Hola, ¿usted cree que esa decisión debe estar basada en "si yo estoy con ellos, tengo que saber que ellos están conmigo"?
      En la mayoría de las ocasiones, la mayoría de los asalariados de la mayoría de las empresas ¡están con el empresario!, incluso en situaciones de claro enfrentamiento de intereses.
      La posición de los trabajadores y los ciudadanos en general con respecto a las fuerzas de seguridad debería ser también "política", al igual que con el resto de trabajadores.
      ¿Por qué no ha de ser una posición política? ¡Debe serlo!
      Puestos a ser apolíticos o a prescindir de la realidad, por poner sólo un ejemplo, el daño ¡personal! que han causado los trabajadores de banca que vendieron preferentes mediante engaño a cientos de miles de trabajadores (o ahorradores) sobrepasa con creces los daños que puedan haber causado las cargas policiales (efectuadas por orden de la superioridad) por policías y guardias civiles.
      El asunto no es tan lineal como usted y yo lo planteamos. Ningún asunto es lineal.
      Todo es muy complejo y simplificar es errar...
      En todo caso y al margen de posiciones partidarias, es injustificable que haya asalariados (sean guardias civiles o policías, ATS, fresadores, administrativos, abogados o lo que usted quiera) que estén "condenados " a trabajar sin mirar el reloj por un salario de "mierda".
      A continuación, podemos plantearnos el papel que juegan o deberían jugar las fuerzas de seguridad en un Estado democrático, pero por encima de esas y otras conisderaciones no voy a dejar de apoyar a los asalariados porque la empresa (en este caso el Estado) les obligue a hacer cosas aberrantes, desde pegar a manifestantes hasta aplazar operaciones quirúrgicas que cuestan la vida al paciente, o dilatar juicios por falta de personal que cuestan dinero y salud al estafado, lesionado, etc.
      Es muy complejo, pero, de entrada, en mi opinión no es justificable que un guardia civil, un policía, un bombero o un miembro de protección civil profesionalizado se juegue la vida prestando servicio por menos de 1.500 euros al mes y en el caso de las guardias, viviendo en ocasiones en viviendas que no merecen esa denominación.
      Sin olvidar que la ideología o actitudes de muchos guardias no es propia, sino que es imbuida, al igual que la de millones de trabajadores de otros sectores que votan y defienden lo que defienden y votan lo que votan.
      Saludos.

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