16 diciembre 2012

El Papa bendice a la presidenta del Parlamento de Uganda pese a que aboga por matar a los homosexuales

Domingo, día de culto para los católicos y, por tanto, jornada adecuada para que sus seguidores reflexionen sobre los acontecimientos personales y colectivos de la semana que hoy termina. Pues ahí va uno de los sucedidos que les interesa, o que debería interesarles:
El jefe de Estado de El Vaticano, obispo de Roma y guía espiritual del catolicismo ha recibido y bendecido a Rebecca Kadaga, presidenta del Parlamento de Uganda, que recientemente, exactamente el pasado 13 de noviembre, se convirtió en personaje popular en las cancillerías de todo el mundo al anunciar oficialmente que el poder legislativo ugandés ultimaba la aprobación de una reforma legal cuyo objetivo es penalizar con dureza la homosexualidad: «Será un regalo de Navidad para la población», dijo Kadaga, satisfecha y orgullosa [si el Nazareno levantara la cabeza....].
El Papa, durante la recepción en la que bendijo a Kadaga.
Imagen capturada en la página web del
Parlamento de la República de Uganda
El proyecto legislativo original establecía la condena a muerte para los reos a los que la Justicia considerara culpables de "homosexualidad agravada", calificación penal que se aplicará cuando una o un miembro de la pareja sea menor de edad o discapacitado, o cuando un/una o ambos sea/n seropositivo/s o tenga/n antecedentes penales.
Finalmente, hace ahora tres semanas, el Parlamento admitió una enmienda y la "homosexualidad agravada" sólo sera penada con cadena perpetua.
La nueva ley también contempla penalizar, incluso con cárcel, a las personas heterosexuales que difundan o realicen acciones en defensa de sus derechos y a las que sean cómplices de ese tipo de actividades [es decir, invitar a almorzar o alojar en casa durante una noche o un fin de semana a una pareja homosexual puede ser calificado de delito y, por tanto, los anfitriones pagarán semejante "osadía" con prisión].
Analistas occidentales y los africanos que se han atrevido a pronunciarse [en 36 países de este continente la homosexualidad está prohibida y en la mayoría de ellos, penada] han subrayado que la nueva ley obedece a la "necesidad política" del Gobierno y del propio presidente de Uganda, Yoweri Museveni, de contentar a la influyente comunidad anglicana de Uganda, extremadamente fanática en asuntos sexuales al haber asumido como propias ancestrales creencias y tradiciones tribales homofóbicas.
Los miembros de la llamada Iglesia Anglicana de Uganda (independiente de la británica) suponen en torno al 30 % de la población. Pero los legisladores, el Gobierno y Museveni no sólo contentarán a los anglicanos, pues la mayoría de los practicantes de religiones autóctonas y la minoría islámica también son partidarios de reprimir legalmente a los homosexuales. Además, los seguidores de otros cultos luteranos (5/6 % de la población) y de los católicos (el 42 %) también consideran positivo o comprensible que la homofobia goce de amparo legal.
Varios países de Occidente han hecho llegar su inquietud a Museveni. De momento y que se sepa, el gobierno de El Vaticano ha sido el único de América, Asia, Europa y Oceanía que ha agasajado (bendecido) a Rebecca Kadaga, que es el alto cargo institucional ugandés que con más vehemencia ha defendido "la necesidad" de combatir con todas las armas del Estado a los y las homosexuales, incluso matando.
INFORMACIÓN relacionada:
Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares, recibió ayer el Premio Hazte Oír como reconocimiento a "su defensa del matrimonio y la familia natural" y por su "ayuda a los que caen en el agujero de la homosexualidad", según precisó la entidad católica. Más detalles, en EL PLURAL.

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