09 junio 2012

«La conquista de Tombuctú»

Hace ya nueve siglos los malienses acuñaron una frase que hoy sirve para resumir el pasado del país y en cierta medida, su presente: «El oro viene del sur, la sal del norte y el dinero del país del hombre blanco, pero los cuentos más maravillosos y la palabra de Dios están en Tombuctú», la capital religiosa del Sahel.
Leer La conquista de Tombuctú, libro de Antonio Llaguno editado por Almuzara, sirve para sumergirse en las profundas arenas de la historia de esa mítica ciudad.
La importancia religiosa, social, económica y también política de Tombuctú sigue vigente casi diez siglos después de conformarse la localidad a iniciativa y para servicio de los caravaneros, en su mayoría de la etnia tuareg, que acampaban en lo que era un pequeño enclave donde los viajeros disponían de agua.
Aquel lugar de descanso se convirtió al paso de los años en habitual punto de intercambio de productos, pues allí recalaban las caravanas procedentes del norte que, entre otros productos, portaban la valiosa sal y otras ofertas que intercambiaban con las de los agricultores y artesanos de la cuenca maliense del Níger, más los productos de gentes llegadas desde la costa del golfo de Guinea y del bajo Níger, más compradores de sal de procedencia variada que pagaban con pepitas o piezas de oro.
..
[Todavía hoy persiste el mito de que Tombuctú era un importante mercado de oro, pero aunque está documentado el uso de ese metal en las operaciones de compra-venta nunca fue un producto extraído en las proximidades de la ciudad ni su abundancia era especialmente significativa en ese milenario enclave del Níger medio]
..
El relato de Llaguno gira en torno a la conquista de Tombuctú, en 1591, por tropas del sultán de Marraquech comandadas por el morisco andalusí Yuder Pachá (nacido Diego de Guevara en Cuevas de Almanzora, Almería). El sultanado bereber mantuvo durante casi dos siglos el control de varios enclaves que hoy forman parte del norte de Mali, el oriente de Mauritania y el norte de Burkina Faso.
El éxito de la expedición propició que decenas de soldados, funcionarios y comerciantes magrebíes y andalusíes matrimoniaran con lugareñas, se integraran plenamente en la ciudad y aportaron conocimientos y tradiciones, creándose así sólidos lazos comerciales y humanos entre Tomuctú y varias ciudades norteafricanas y del sur de la Península Ibérica.
Sorprende porque es de general desconocimiento, pero la relación Tombuctú-Al Andalus ya tenía antecedentes en el siglo XVI, pues casi tres siglos antes de que llegaran las tropas comandadas por el morisco Diego de Guevara, durante la década de 1320 un grupo de moriscos ibéricos se afincó en Tombuctú para participar en el proyecto de convertir la ciudad maliense en capital religiosa del Sahel con la construcción de la mezquita Grande o de Djingareyber, cuyas obras dirigió el arquitecto Ishaq es Saheli, originario del reino nazarí de Granada, contratado ex profeso por Mansu Musa, emperador de Songhay.
..
El mayor imperio
de la historia
del África islamizada

Los dominios de la mítica monarquía del Sahel abarcaban una amplia e irregular franja de tierras desde el norte de la actual Nigeria hasta la costa de la desembocadura del río Gambia (en las actuales Gambia y Senegal), si bien las raíces del imperio de Songhay estaban en la cuenca media del río Níger.
Fue a finales del siglo XVI cuando el sultán de Marraquech [si bien en numerosos textos es citado por error o interesadamente como sultán de Marruecos] decidió hacer realidad el sueño de conquistar el Subsahel y en concreto la región del Níger medio y la joya de Tombuctú, espoleado por los testimonios que ubicaban en esa ciudad y su comarca las más ricas minas de oro del mundo conocido.
Lo cierto es que el gran atractivo de Tombuctú no se debía a la supuesta abundancia del preciado metal --en la región y sobre todo en Mali hay oro en abundancia, pero en otras zonas--, sino que su fama se debía a que la ciudad se había convertido en un activo centro comercial, pues en ella coincidían los caravaneros del norte y del sur del Gran Sahara para intercambiar productos y para hacer acopio de un mineral que para los africanos de entonces era tanto o más valioso que el oro: la sal.
En apenas medio año los conquistadores comprobaron que el famoso oro de Tombuctú era escaso y que el que circulaba por la ciudad --casi siempre como moneda de cambio-- era de procedencia geográfica variada y lejana; no obstante, el sultanato bereber consideró que la aventura y la conquista estaban justificadas porque la urbe constituía un imán comercial, lo que le otorgaba alto valor económico, además del religioso y geopolítico.
...
Casi dos siglos
de presencia
bereber y andalusí

La presencia de sendas colonias ibérica y norteafricana duró casi dos siglos, desde finales del XVI hasta la segunda mitad del XVIII, cuando el sultanato bereber fue retirando sus tropas porque las riquezas obtenidas en tan remotas tierras ya no compensaban el coste de mantener allí un contingente militar, gasto al que se sumaban los de transporte más el coste en vidas humanas causado por los periódicos conflictos con las tribus y clanes de la región, sobre todo con los belicosos nómadas que campaban por el desierto dedicados al pastoreo y al saqueo casi sistemático de caravanas.
Por si fuera poco, cada vez eran más frecuentes los enfrentamientos entre las tropas del sultanato y los guerreros de los dos grandes pueblos autóctonos de la región: los tuareg y los fulani
El libro de Llaguno, pues, sirve de instructiva y amena introducción para quienes estén interesados en conocer un poco mejor el pasado del Sahel, región en la que abundan los conflictos dormidos y la violencia estalla periódicamente con singular fiereza.
Además, actualmente es oportuno conocer siquiera un poco mejor Mali porque desde hace varios meses es el escenario de trágicas noticias debido a la reciente revuelta de los tuareg y, sobre todo, a las acciones de las bandas armadas vinculadas a Al Qaeda que, con base en el mar de arena del sur de Argelia y cierto arraigo en el norte del país maliense, tienen a Tombuctú y su emblemática mezquita en el punto de mira con la finalidad de cumplir el mandato yihadista de expandir el islam por la vía de la violencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

NOTA: ImP no publica injurias ni imputaciones de faltas o delitos sin aportar pruebas ni referencias judiciales o sentencia.
Sólo serán publicados los anónimos que a criterio del administrador sean de interés.