03 julio 2006

"Prestige": la inocencia colectiva es un tigre de papel

¿Qué es Prestige?, ¿la marca de un agua de colonia?, ¿la discoteca de moda en Ibiza?, ¿un restaurante de cinco tenedores?... Cada vez son menos los europeos que relacionan el vocablo inglés Prestige (¡prestigio!) con el destartalado petrolero que se hundió frente a las costas del noroeste de la Península Ibérica hace ya… ¿Cuánto hace del desastre?, ¿medio siglo?...
Ocurrió en noviembre de 2002, pero da la sensación de que ha transcurrido varios decenios, como si el Prestige ya formara parte de la prehistoria contemporánea.
¿Cómo es posible que el hundimiento del buque haya sido archivado con tanta discreción y conformismo en un rincón de la memoria colectiva?
Ahora, tres años y medio después del desastre, la comisión del Congreso de los Diputados encargada de estudiar e informar del caso Prestige ha decidido evitar que el asunto sea tratado por el pleno de la Cámara y, en paralelo, el informe oficial descarta posibles responsabilidades del Gobierno que presidió Aznar López.
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- ¿Quitamos hierro?
- No... ¡lo enterramos!

Según dicen los precursores de ese dictamen (PSOE y PP), a España le conviene quitar hierro al asunto porque si reconociera que la propia Administración fue responsable siquiera parcial del suceso, el Estado debería costear gran parte de las indemnizaciones subsiguientes y, por tanto, las compensaciones que deberían aportar los organismos internacionales y las compañías de seguros se reducirían.
Dicho de otro modo, razones de Estado (¿?) aconsejarían silenciar las responsabilidades del Gobierno que ordenó el alejamiento del buque a pesar de su precaria estabilidad y pese a que, tal como todos sabían, la fuerte tormenta que azotaba el Atlántico acabaría por destrozar el buque.
Resultado: Oficialmente, los ministros y demás autoridades no tienen ninguna responsabilidad, según la mayoría de los ilustres diputados... ¿?
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El perdón apenas ha hecho ruido en los medios 

La última sesión del debate y la decisión final de la comisión parlamentaria que trataba el caso Prestige han sido noticia estos días, compartiendo espacios con estos acontecimientos, entre otros: el mundial de fútbol, el óbito de la Chipionera, los avatares de quienes participan en el concurso televisivo Supervivientes, la noche de las hogueras de san Juan, las elecciones a la presidencia del Real Madrid y la boda de Nicole Kidman..., entre otros sucedidos de "gran magnitud".
Pues bien, en Galicia, entre los gallegos y en la generalidad de los medios del territorio más perjudicado por los vertidos del Prestige cualquiera de estos seis acontecimientos mencionados ha merecido más atención que la decisión aprobada por la comisión parlamentaria del caso Prestige.
Nadie ignora que el Poder ha desarrollado una extraordinaria habilidad para trivializar ciertos hechos. Pero, ¿acaso los ciudadanos son sujetos pacientes a los que no cabe imputar responsabilidad alguna, ni siquiera la de olvidar por comodidad?,
¿Acaso los ciudadanos ignoran por completo sus derechos o son incapaces de entender el alcance de los perjuicios que causan desastres como el del Prestige?
Hoy, en Galicia da la sensación se que el hundimiento del petrolero fue un hecho silenciado que pasó desapercibido y del que casi nadie se enteró.
¿Cómo es posible que el asunto haya sido archivado con tanta discreción y conformismo en un rincón de la memoria colectiva?, ¿quiénes son los responsables del absurdo?  
No vale engañarse: Los diputados que han decidido dar carpetazo al asunto han interpretado con acierto el sentir de la mayoría de los ciudadanos.

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